Ya nos cayó el Chahuistle

Toda la vida pensé que el Chahuistle era un monstruo, tipo el chupacabras, pero ahora que en mi infinita ociosidad teclée en Google la palabra Chahuistle, curiosamente me apareció que es un hongo microscópico que ataca principalmente al maíz. Siendo que el oro de México fue y sigue siendo el maíz, puedo entender la gravedad del refrán. Si caía en tu milpa el chahuistle, te llevaba la fregada, lo perdías todo. Ya sabes a donde voy ¿no? porque, sin ánimo de deprimir más, es un hecho que ya nos cayó el chahuistle.

Y hay otro dicho en inglés…. Brace yourselves! Que en español sería como…Ahora sí, ¡Agárrense! siento que este es el mensaje que en este momento nos bombardea sin control…Agárrense, que ahí viene lo peor…agárrense, que ya nos cayó el chahuistle… y al mismo tiempo nos llegan también mensajes sin parar de ser optimistas, de no tener miedo, de ver la belleza en las cosas cotidianas de la casa bla, bla, bla…y aunque debo admitir que de repente sí tengo momentos cargados de genuina emoción como cuando hoy en la mañana vi el video de We Are The World, de Pavarotti and Friends, cosa que hizo que llorara a las seis y media de la mañana como María Magdalena, la mayor parte del día, todavía no he encontrado la belleza en barrer la cocina, en sacar veinte tandas de trastes de la lavadora al día y especialmente no le he encontrado ninguna gracia a sentarme con mis hijos a hacer los trabajos de la escuela tres horas seguidas… No, la mayor parte del día, del laaargo, laaargo día, me dan ganas de encerrarme en un baño (el otro día me encerré en mi coche a tomarme mi café en santa paz), de hacerme bolita en un rincón, cerrar los ojos, mecerme de atrás para adelante y esperar lo peor.

Mi punto en este escrito es: el peor momento de una montaña rusa es cuando llegas al final de la subida y sabes que ya vine la bajada. El peor momento de cuando te tienen que sacar sangre es cuando la enfermera prepara la inyección y te amarra la liga en el brazo….ESE es el peor momento, porque todos sabemos que el piquete dura un segundo, que en la primera bajada de la montaña rusa las tripas se nos van a trepar al cuello y ya, porque ya sabemos a lo que vamos…¡ya lo sabemos! Pero como bien nos diría Cantinflas: Ahí está el detalle, porque ahora NO sabemos nada. Y los que se supone que saben… nos queda claro a todos, tampoco saben nada. No sabemos qué va a pasar con nuestro negocio, si en dos meses tendremos para pagar la hipoteca, las colegiaturas. No sabemos si nos vamos a contagiar del maldito virus o no. No sabemos si de ésta saldremos todos los miembros de nuestra familia literalmente vivos o no. Y ese momento…esa subida terrible de la montaña rusa ha durado ya un mes…¿un mes?, ¡no puede ser!… y eso, eso justamente es lo que nos está volviendo locos, porque el peor momento sólo debe de durar un instante, no más. No es humanamente posible vivir en un estado de terror durante tanto tiempo, pero pues… por lo visto, sí es posible, y vamos pa’ largo.

Al menos vamos a tener algo muy interesante que contar, eso sí. Como cuando nos sentábamos a escuchar hipnotizados a los abuelos narrando su viaje donde migraron de su país, huyendo de las guerras, buscando un mejor futuro, empezando sin nada en los bolsillos. Porque lo que estamos viviendo, señores, definitivamente sí es una aventura, una aventura sin pies ni cabeza donde el héroe más héroe no va salir a matar a los malos o a destruir a los invasores, sino donde los héroes más héroes son los que se van a quedar paralizados sin moverse en sus casas. La verdad sea dicha, a comparación con todo lo que hemos vivido antes, esto realmente sí es buen “material contable”, al menos un material muy original.

Puede que sea una época que idealicemos en un futuro… que nos acordemos como…Sí, mijito, cuando yo viví el encierro del 2020 no compré ningún vestido, ningún maquillaje, y no necesité nada, ni siquiera me importaba… Cuando yo viví el encierro del 2020, fue cuando más recetas de cocina inventaba y con los ingredientes que encontraba. Cuando yo viví el encierro era cuando más me emocionaban las pláticas con mi familia aunque fueran virtuales. Cuando viví el encierro del 2020 fue cuando a tu abuelo y a mi se nos ocurrió la idea de tal o cual negocio. Cuando viví el encierro del 2020….ya no se me viene a la mente nada más, no es como que me brote mucho la imaginación esto días, pero de cosas buenas nos acordaremos, de cosas que pondremos de ejemplo a seguir más adelante, estoy segura.

Alguna vez hace mucho tiempo, mi papá, que es un hombre piadoso, me dijo algo que a la fecha no he olvidado; yo le lloriqueaba por algún problemilla en turno y él me dijo: Regina, a ti que te gusta leer, lee la vida de cualquier santo, del que sea, siempre han tenido contratiempos, sufrimientos o pruebas imposibles, si no, no serían santos. El héroe no es héroe sin una buena historia. Pues más nos vale que todo esto sea una muy buena historia en nuestras vidas, que sea el capítulo más interesante de todos, que salgamos más fuertes y más virtuosos, que pensemos muy bien a qué hábitos de la era pasada no vamos regresar, que ayudemos más al de junto, que veamos menos por nosotros mismos… porque ya si nos cayó el chahuistle, por favor… ¡que al menos nos valga la pena!

Regina Moya, día 24 ó 25 del encierro, da igual.